Las memorias USB, pendrives, llaves USB, tokens o como quiera que se llamen, se utilizan como una cartera de documentos que van de un lado para otro y guardan todo tipo de cosas: fotos, archivos de texto, vídeos, música, etc. Es muy común que contengan documentos personales y en general elementos que no todo el mundo puede ver. Por eso en cuanto se copian al ordenador conviene borrar el contenido de la memoria USB.
El proceso de borrado es el mismo que el que se utiliza para cualquier archivo en el disco duro, pero para asegurarse de que el USB se borra realmente lo más adecuado es formatearlo.
Aquí entran en juego los tipos de formato. Según el sistema operativo que estemos utilizando o el tipo de USB de que se trate habrá que usar un formato u otro.
Por ejemplo, para Windows, lo normal es usar FAT o NTFS, en Macintosh HFS y HFS+, en Linux ext2, ext3, etc. También depende del tipo de memoria. Los discos de poca capacidad no usan NTFS sino FAT. De todas formas, vamos a ocuparnos del caso más típico que es el de una memoria USB detectada por Windows.
Lo más cómodo es seleccionar en MiPC la unidad externa y pulsar sobre ella con el botón derecho del ratón escogiendo en el menú desplegable la opción formatear.
A continuación aparecerá una ventana en la que se puede cambiar el nombre de la unidad, comprobar la capacidad de la memoria, elegir el sistema de archivo con el que se debe formatear así como el tamaño de la unidad e asignación. Conviene dejar estas dos últimas configuraciones como están para no alterar la compatibilidad de la memoria.
Si queremos garantizar que el formateo borre realmente los archivos hay que asegurarse de que no está seleccionada la opción formato rápido. Lo último es dar a iniciar. Si la memoria USB tiene mucha capacidad el proceso puede ser largo.
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